Las manos de Santa Tecla

Cuando el fotógrafo Pep Escoda me invitó a fotografiar la fiesta de Santa Tecla, no sabía bien lo que me esperaba. Yo misma vengo de un pueblo donde las fiestas populares no son inusuales; sin embargo, lo que encontré en Tarragona estaba más allá de mi idea de multitudes de gente, música y actos en cualquier rincón -casi una sobreirritación de los sentidos.

Este espectáculo festivo es un festín visual para cualquier fotógrafo. No obstante, lo que me fascinó, más que la atracción visual de la fiesta, fue la colaboración comprometida de esta gente y su amor hacia su propia cultura.

Detrás de los preparativos y la puesta en escena de una tal fiesta siempre hay mucho trabajo. Cada uno, del más pequeño al más grande, tiene su cometido y es una parte del total.

En mi trabajo fotográfico, he dirigido el foco a las manos de las personas como símbolo de este trabajo y esta energía común. Quería retener a través de un reducido lenguaje de imágenes, sus sentimientos, su entusiasmo, su irradiación y su fuerza. A través de las manos se transmite un bien cultural local -simbólico y real.

“En el amor, las manos y los ojos hablan a menudo más fuerte que la boca.” (Ricarda Huch)